UNA CUESTIÓN BÁSICA

De lo poco o mucho que uno acaba teniendo claro con el ejercicio profesional, y con el contacto con los niños y con sus padres, es que es fundamental MANTENER LA CALMA. Los niños prácticamente desde que nacen, son capaces de "leer" las emociones de sus principales vínculos de apego. Un niño desde que es capaz de interacturar con su entorno, se guía fundamentalmente por el tono anímico de sus educadores. Un ejemplo: si le acercamos un bolígrafo a un niño que ya es capaz de sujetarlo, y nunca ha visto uno, no acercará la mano antes de mirar la expresión facial de la persona con la que está. El niño no tiene forma de saber si lo que se le acerca es una potencial amenaza, salvo si observa las expresiones del entorno (si están disponibles, en caso contrario, efectivamente, ejercerá el típico "acierto-error"). Si la expresión que observa es de tranquilidad, probablemente cogerá el objeto. Si observa miedo, ni lo rozará.
Esto es importante, porque implica que a los niños los empezamos a educar y de una forma especialmente importante, desde que nacen. Y también implica que en absoluto vienen al mundo tan indefensos como aparentan.
El problema es que esta lectura emocional la realizan respecto a TODO, es decir, también respecto a si mismos. Si cuando el niño nos cuenta algo, reaccionamos "violentamente", esa es la lectura del hecho que va a hacer el niño. Por eso es importante mantener la calma siempre, independientemente de lo que hagamos o le digamos al niño. Si el niño tiene por ejemplo una crisis alérgia y/o asmática, si reaccionamos asustándonos, el niño "leerá" esta reacción, y a su vez se asustará, con lo cual el cuadro respiratorio también empeorará.
Esta cuestión es básica, y la podemos aplicar a todo: alimentación, control de esfínteres, tareas escolares, preguntas respecto al sexo (si, a los niños también les preocupa e intriga...), etc........

Comentarios

Lau ha dicho que…
Es un muy buen consejo, Jesús.
La desesperación nunca es una buena amiga.
Saludos!

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