LA ENURESIS. MI HIJO SE HACE PIPÍ EN LA CAMA ¿COMO PUEDO AYUDARLE?
Como siempre recomiendo a los padres, lo primero es asumir el problema CON CALMA. En segundo lugar es importantísimo determinar si el niño realmente está teniendo un problema que requiera hacer algún tipo de intervención o no. El que un niño se orine por la noche la cama es algo muy común, y no tiene que ver con que exista un problema neurológico o urológico, sea cual sea la edad del niño. En algunos casos es importante que el niño sea valorado por su pediatra, aunque en la inmensa mayoría de los casos no existirá ningún problema físico que requiera su intervención.
Aunque la consideración de la edad a la que un niño debería controlar el pipí en las noches está continuamente en discusión, parece que hay un acuerdo en que debería de conseguirlo entre los tres y los cinco años. Mi opinión profesional es que es un tema carente de importancia, y que tiene mas valor lo que ocurra en casa en relación con este tema. Si responsabilizamos al niño de su higiene, no lo desvalorizamos por lo que le está ocurriendo y tenemos paciencia, en la mayor parte de los casos, el problema pasará solo, exactamente igual y de la misma forma en que el niño dejará de serlo, con el tiempo. Por otra parte los niños suelen tardar más en conseguirlo que las niñas. En niños de 12 y 14 años, se calcula que un 2% continúan mojando la cama por la noche.
Hay una serie de recomendaciones generales que podemos seguir para por lo menos no generar un problema, donde como dije, no tiene porque haberlo:
1)No minusvalorar al niño, ni enfadarse con él por mojar la cama. Es mejor tener una actitud absolutamente neutra al respecto.
2)Responsabilizarlo de su higiene y cuidados. Se le instruye para que se lave por la mañana y recoja su cama. Es importante ser firmes y sistemáticos con este aspecto.
3)Es mejor dotar al colchón de un protector, que poner pañal al niño.
4)Se puede realizar con el niño en forma de juego, una serie de ejercicios que básicamente consisten en instruirle para que corte el chorro del pipí (sin utilizar las manos) cuando de día va al WC. Esto conseguirá que tome conciencia de los músculos encargados del control del esfínter, y si lo toma como un juego que además puede serle útil, lo realizará también estando solo.
5)Pueden utilizar los dispositivos existentes en el mercado, consistente en una alarma que se activa cuando las primeras gotas de pipí mojan un sensor. El inconveniente es que en algunos niños con sueño muy profundo, la alarma la acaban apagando los papás.
En el caso de que el niño tenga incontinencia despierto, y no se trate de un acto de rebeldía o de revancha hacia los padres, la visita con el pediatra es imprescindible en niños que superen el año y medio, aunque el momento de consultar lo debe establecer su sentido común en edades inferiores a esta. En muchos casos, el problema variará en su frecuencia hasta que el niño consiga un control pleno.
Por último, no puedo recomendarles desde aquí, que mediquen al niño, ya sea con antidepresivos o con preparados hormonales, ya que una vez suprimida la administración de la medicación se dan unos porcentajes de recaídas que algunos autores valoran en un 95%.
Tengan en cuenta, que como en casi todas las entradas de este blog, lo anterior son generalidades que no sustituyen la consulta con un profesional y que, en cualquier caso, la responsabilidad de la decisión que tomen siempre será, como no puede ser de otra forma, de ustedes.
Aunque la consideración de la edad a la que un niño debería controlar el pipí en las noches está continuamente en discusión, parece que hay un acuerdo en que debería de conseguirlo entre los tres y los cinco años. Mi opinión profesional es que es un tema carente de importancia, y que tiene mas valor lo que ocurra en casa en relación con este tema. Si responsabilizamos al niño de su higiene, no lo desvalorizamos por lo que le está ocurriendo y tenemos paciencia, en la mayor parte de los casos, el problema pasará solo, exactamente igual y de la misma forma en que el niño dejará de serlo, con el tiempo. Por otra parte los niños suelen tardar más en conseguirlo que las niñas. En niños de 12 y 14 años, se calcula que un 2% continúan mojando la cama por la noche.
Hay una serie de recomendaciones generales que podemos seguir para por lo menos no generar un problema, donde como dije, no tiene porque haberlo:
1)No minusvalorar al niño, ni enfadarse con él por mojar la cama. Es mejor tener una actitud absolutamente neutra al respecto.
2)Responsabilizarlo de su higiene y cuidados. Se le instruye para que se lave por la mañana y recoja su cama. Es importante ser firmes y sistemáticos con este aspecto.
3)Es mejor dotar al colchón de un protector, que poner pañal al niño.
4)Se puede realizar con el niño en forma de juego, una serie de ejercicios que básicamente consisten en instruirle para que corte el chorro del pipí (sin utilizar las manos) cuando de día va al WC. Esto conseguirá que tome conciencia de los músculos encargados del control del esfínter, y si lo toma como un juego que además puede serle útil, lo realizará también estando solo.
5)Pueden utilizar los dispositivos existentes en el mercado, consistente en una alarma que se activa cuando las primeras gotas de pipí mojan un sensor. El inconveniente es que en algunos niños con sueño muy profundo, la alarma la acaban apagando los papás.
En el caso de que el niño tenga incontinencia despierto, y no se trate de un acto de rebeldía o de revancha hacia los padres, la visita con el pediatra es imprescindible en niños que superen el año y medio, aunque el momento de consultar lo debe establecer su sentido común en edades inferiores a esta. En muchos casos, el problema variará en su frecuencia hasta que el niño consiga un control pleno.
Por último, no puedo recomendarles desde aquí, que mediquen al niño, ya sea con antidepresivos o con preparados hormonales, ya que una vez suprimida la administración de la medicación se dan unos porcentajes de recaídas que algunos autores valoran en un 95%.
Tengan en cuenta, que como en casi todas las entradas de este blog, lo anterior son generalidades que no sustituyen la consulta con un profesional y que, en cualquier caso, la responsabilidad de la decisión que tomen siempre será, como no puede ser de otra forma, de ustedes.
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