LA FALTA DE MOTIVACIÓN. ¿PUEDO HACER ALGO PARA QUE MI HIJO TENGA INTERÉS EN ALGO?.
Es una preocupación frecuente en muchos padres, el que los niños y/o adolescentes no muestren interés hacia nada. Esto solo es en apariencia, puesto no existe un ser humano sobre la tierra que no tenga interés como mínimo en preservar su integridad física. Seguramente lo que ocurre es que a nuestro hijo/a le interesan cuestiones que a nosotros no nos parecen relevantes, o directamente nos parecen absurdas. Con seguridad, lo que hay detrás de las quejas de los padres referidas a las motivaciones de sus hijos, es mas específicamente el tema del colegio y de la marcha académica.
Pregúntese que consecuencias tiene para su hijo el abandonar las tareas del colegio. Pregúntese si su hijo/a se puede permitir el estar pendiente de esas cuestiones que a usted le parecen poco relevantes, pero por el tiempo que le dedica su hijo/a, es evidente, que no lo son para el/ella. Aquí no vale decir que no se lo puede permitir porque le suspenderán, eso le preocupa a ustedes no a él. Uno se lo puede permitir si las consecuencias de lo que hace no interfiere en la vida que uno lleva. Si su hijo no trabaja, pero sigue teniendo todo lo que quiere, y además no recibe ningún castigo por ello, tenga por seguro que se lo puede permitir.
La motivación, el estar motivado hacia cualquier actividad, meta o tema, tiene que ver con las consecuencias ya sean positivas o negativas. Si no hay consecuencias, no hay motivación, y si no hay motivación, no hay interés con lo que tampoco puede haber un buen rendimiento escolar.
Si no hay reglas explícitas, no hay una coherencia educativa y un acuerdo entre los padres, si no se permite que el niño/a sufra las consecuencias tanto positivas como negativas de sus propios actos, no será extraño que aparezca un absoluto desdén hacia cualquier actividad que requiera un mínimo de esfuerzo. Si además, hemos estado tan preocupados por los estudios de nuestro hijo/a, que no hemos dejado que se preocupe él o ella, es seguro que tarde o temprano el problema aparezca.
Analicen como padres, antes de hacer nada, si se ven reflejados en estas breves líneas, y si la respuesta es positiva lo que les va a tocar es cambiar ustedes primero.
Pregúntese que consecuencias tiene para su hijo el abandonar las tareas del colegio. Pregúntese si su hijo/a se puede permitir el estar pendiente de esas cuestiones que a usted le parecen poco relevantes, pero por el tiempo que le dedica su hijo/a, es evidente, que no lo son para el/ella. Aquí no vale decir que no se lo puede permitir porque le suspenderán, eso le preocupa a ustedes no a él. Uno se lo puede permitir si las consecuencias de lo que hace no interfiere en la vida que uno lleva. Si su hijo no trabaja, pero sigue teniendo todo lo que quiere, y además no recibe ningún castigo por ello, tenga por seguro que se lo puede permitir.
La motivación, el estar motivado hacia cualquier actividad, meta o tema, tiene que ver con las consecuencias ya sean positivas o negativas. Si no hay consecuencias, no hay motivación, y si no hay motivación, no hay interés con lo que tampoco puede haber un buen rendimiento escolar.
Si no hay reglas explícitas, no hay una coherencia educativa y un acuerdo entre los padres, si no se permite que el niño/a sufra las consecuencias tanto positivas como negativas de sus propios actos, no será extraño que aparezca un absoluto desdén hacia cualquier actividad que requiera un mínimo de esfuerzo. Si además, hemos estado tan preocupados por los estudios de nuestro hijo/a, que no hemos dejado que se preocupe él o ella, es seguro que tarde o temprano el problema aparezca.
Analicen como padres, antes de hacer nada, si se ven reflejados en estas breves líneas, y si la respuesta es positiva lo que les va a tocar es cambiar ustedes primero.
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