¿QUE DEBO HACER SI SOSPECHO QUE MI HIJO/A ESTÁ SUFRIENDO ABUSOS SEXUALES?
Como siempre les recomiendo, pero especialmente en este caso, es muy importante mantener la calma y que el niño o la niña lo perciban, ya que de lo contrario nuestra reacción puede convertir un posible problema en uno serio y real.
Tenga en cuenta que para que sea un abuso, la persona abusadora debe de poder serlo, es decir, debe de tener una posición de fuerza y de superioridad sobre el niño. Esto quiere decir que de darse conductas o juegos de tipo sexual entre iguales, se trataría solo de eso, un juego, que si a usted como padre o madre no le apetece o le gusta que su hijo/a tenga, simplemente hable con el niño de forma abierta y sincera, e intente que no se quede a solas con el/los/las compañeros de juegos.
En caso de tratarse de una persona de mayor edad y que tenga esa superioridad, debe de impedir que el niño siga quedándose con él/ella a solas, hasta poder consultar con un profesional, cosa que desde aquí les recomiendo que hagan ante la duda.
El signo mas evidente de que un niño puede estar sufriendo abusos es la sexualización de los juegos y de las conductas. El menor en sus juegos hace y/o dice cosas que indican que posee una conocimiento de la sexualidad que solo puede provenir de la experiencia y que no es esperable para su edad. Si además los parámetros de alimentación y de sueño se ven alterados, el estado de ánimo también (mas nervioso y/o mas triste), y el rendimiento escolar cae en picado, es mas que probable que el abuso se esté dando, y será tanto o mas grave cuanto mas alterados estén estos indicadores.
Por otra parte, tenga en cuenta que desgraciadamente, los abusos suelen provenir del entorno inmediato de la víctima, es decir, familiares o personas que tienen fácil acceso al menor, por pertenecer al entorno familiar.
Ocurra lo que ocurra, en cualquier caso, la idea a seguir es no perjudicar al niño/a y para ello es importante recordar que hacer justicia debería de ser algo secundario que no puede estar por encima del bienestar de la víctima. Quiero decir con esto que deberemos de valorar con mucho cuidado y sutilidad nuestras acciones, y que la discreción debe de ser prioritaria. Mantener la calma en todo momento, ofrecer protección incondicional al menor, y sobre todo saber escuchar y contenerle para que pueda expresar su sufrimiento.
Normalmente los niños son conscientes, porque de forma interesada el abusador también se lo ha hecho saber, de los problemas que se generarán si cuenta los hechos, por lo que suele llevar su tiempo el que lo hagan. Cuanto menos dramatismo perciban en nosotros ante determinadas cuestiones, y mas confianza y seguridad les ofrezcamos, menor será el tiempo que lleven el problema a escondidas.
Ante cualquier duda, repito, acudan al profesional de la psicología que les orientará en los pasos a seguir.
Tenga en cuenta que para que sea un abuso, la persona abusadora debe de poder serlo, es decir, debe de tener una posición de fuerza y de superioridad sobre el niño. Esto quiere decir que de darse conductas o juegos de tipo sexual entre iguales, se trataría solo de eso, un juego, que si a usted como padre o madre no le apetece o le gusta que su hijo/a tenga, simplemente hable con el niño de forma abierta y sincera, e intente que no se quede a solas con el/los/las compañeros de juegos.
En caso de tratarse de una persona de mayor edad y que tenga esa superioridad, debe de impedir que el niño siga quedándose con él/ella a solas, hasta poder consultar con un profesional, cosa que desde aquí les recomiendo que hagan ante la duda.
El signo mas evidente de que un niño puede estar sufriendo abusos es la sexualización de los juegos y de las conductas. El menor en sus juegos hace y/o dice cosas que indican que posee una conocimiento de la sexualidad que solo puede provenir de la experiencia y que no es esperable para su edad. Si además los parámetros de alimentación y de sueño se ven alterados, el estado de ánimo también (mas nervioso y/o mas triste), y el rendimiento escolar cae en picado, es mas que probable que el abuso se esté dando, y será tanto o mas grave cuanto mas alterados estén estos indicadores.
Por otra parte, tenga en cuenta que desgraciadamente, los abusos suelen provenir del entorno inmediato de la víctima, es decir, familiares o personas que tienen fácil acceso al menor, por pertenecer al entorno familiar.
Ocurra lo que ocurra, en cualquier caso, la idea a seguir es no perjudicar al niño/a y para ello es importante recordar que hacer justicia debería de ser algo secundario que no puede estar por encima del bienestar de la víctima. Quiero decir con esto que deberemos de valorar con mucho cuidado y sutilidad nuestras acciones, y que la discreción debe de ser prioritaria. Mantener la calma en todo momento, ofrecer protección incondicional al menor, y sobre todo saber escuchar y contenerle para que pueda expresar su sufrimiento.
Normalmente los niños son conscientes, porque de forma interesada el abusador también se lo ha hecho saber, de los problemas que se generarán si cuenta los hechos, por lo que suele llevar su tiempo el que lo hagan. Cuanto menos dramatismo perciban en nosotros ante determinadas cuestiones, y mas confianza y seguridad les ofrezcamos, menor será el tiempo que lleven el problema a escondidas.
Ante cualquier duda, repito, acudan al profesional de la psicología que les orientará en los pasos a seguir.
Comentarios
Le recomiendo que acuda a un profesional que pueda ayudarla puesto que entiendo que desde este medio es muy complicado.
Un saludo.